EL ORÍGEN DE LA DOMA NATURAL
Los primeros datos que se tienen sobre la doma natural (doma racional, o doma india) datan de mucho tiempo, ya que en realidad estas técnicas venían utilizándose en Sudamérica
desde hace muchos siglos; pues los indígenas de la zona, ya
consideraban al caballo como algo muy importante por las funciones que
éste cumplía para la sociedad.
Muchas veces el caballo era de gran ayuda para el transporte y muy usado también en las actividades agrícolas.
En el proceso de doma de los caballos, tanto el agua como la tierra, eran constantemente utilizados para amansar al caballo.
Una vez éste ya se encontraba calmado, el propio domador, con la única
ayuda de su propio cuerpo, conseguía manejar al animal, a través de
movimientos y señales.
Los indios -nativos- americanos, los llamados “salvajes”, aplicaban una técnica para domar los potros basada en la confianza hombre-caballo, no provocaban traumas en los potros para conseguir que éstos aceptaran a los jinetes. Conseguían que los caballos vieran al hombre como un compañero, un líder que les transmitía seguridad.
Los Nativos Americanos, a su vez, creían que los caballos eran sagrados y los respetaban, de esa forma se creaba un vínculo entre estos dos seres tan diferentes.
Los Nativos Americanos, a su vez, creían que los caballos eran sagrados y los respetaban, de esa forma se creaba un vínculo entre estos dos seres tan diferentes.
También en Europa se pueden conocer casos de los
caballeros que lograban tener una relación con sus caballos muy especial
en cuanto a una buena comunicación, y tampoco utilizaban técnicas
violentas para entrenar al animal, con lo que conseguían hacer con sus
caballos ciertos movimientos sorprendentes en plena batalla, que no solo
les permitían salvar sus vidas, sino además podían ganar difíciles
combates gracias al dominio que tenían sobre su caballo, siendo de gran
ayuda en los momentos críticos la confianza entre el animal y el humano
por igual. Estos caballeros también iban sin necesidad de riendas en la
batalla, sobre todo por el uso de las dos manos para los elementos de la
batalla, y para pelear.
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